Este 1 de mayo cientos de trabajadores, activistas y defensores de derechos humanos protagonizaron diferentes movilizaciones en Nueva York para exigirle al gobierno del presidente Donald Trump que cese su ataque a los inmigrantes y mostrar que están en pie de lucha por la protección de los derechos laborales.
Con pancartas, tambores y consignas, manifestantes como Nieves Padilla, de la organización Make the Road Nueva York, le madrugaron al día para sumarse a la jornada de manifestaciones, que incluyó presencia simultánea en sitios como Grand Central, Wall Street, el Alto Mahattan, Herald Square, Washington Square y Bryant Park, entre otras, y que terminó con una multitudinaria concentración en Foley Square.
“Aquí estamos unidos para decirle al presidente que en Nueva York no hay barreras entre los inmigrantes, ni en asuntos de sexo ni religión y que todos estamos unidos porque no vamos a permitir odio, más discriminación, abusos ni separación de familias”, comentó la dominicana, quien vive en la Gran Manzana hace 41 años.
“Aquí estamos y no nos vamos”, agregó la inmigrante, mientras gritaba a todo pulmón en Foley Square, hasta donde llegaron líderes políticos de la Ciudad, como el alcalde Bill de Blasio y la presidenta del Concejo, Melissa Mark-Viverito, entre otros.
“Estamos aquí para repetir un mensaje de dignidad y respeto y para mostrar que seguiremos en la lucha para garantizar que los empleadores hagan lo correcto con los trabajadores”, comentó Mark-Viverito, quien antes del cierre de la concentración del 1 de Mayo estuvo en el Mc Donald’s de la calle 42 con Quinta Avenida, apoyando a un grupo de trabajadores que se manifestó exigiendo el respeto a sus derechos laborales.
“Aquí estamos y no nos vamos”, dijo una y otra vez la líder política, mientras los manifestantes no dejaban de repetir la frase al unísono.
“Eso es lo que vamos a gritar y gritar las veces que sea necesario hasta que Trump entienda que esta también es nuestra casa y a uno de la casa no lo pueden correr”, comentó el mexicano Aquiles Rosas, mientras un estadounidense disfrazado de superhéroe invitaba a que el próximo mes de junio, cuando el presidente cumple 71 años, se haga una concentración mayor.
“Tenemos que ir hasta sus edificios y hacer una fiesta afuera para demostrarle que somos muchos los que pensamos diferente a él”, dijo el hombre, quien hace llamar Ricky Obama.
Asimismo, Steven Choi, director de la New York Immigration Coalition (NYIC), mencionó que la jornada del 1 de Mayo fue un éxito no solo en Nueva York sino en todo el estado.
“El entusiasmo, la energía de la gente y estas manifestaciones muestran que los inmigrantes son gente trabajadora y que vamos a estar aquí apoyando a todos y eso se sintió no solo aquí sino en Albany, Buffalo y Syracuse”, comentó el activista, agregando que en los primeros 100 días del nuevo gobierno, el mensaje del país es contundente.
“Es bueno que Trump sepa que nosotros seguimos aquí y no nos vamos a ir a ningún lado. Vamos a seguir luchando y lo vamos a hacer hasta que triunfemos”, dijo el activista.
El contralor Scott Stringer se sumó al clamor de los manifestantes y dijo: “No vamos a seguir su manera (la de Trump), nos vamos a organizar y no vamos a dejar que él nos haga a un lado, porque vamos a luchar”.
“Los trabajadores estamos siendo pisoteados en muchos sitios de trabajos, más ahora con el discurso de Trump y hoy queremos decir bien duro que no nos vamos a quedar callados y vamos a seguir luchando”, aseguró el mexicano José Lupe, quien se sumó a las protestas.
Y aunque las protestas fueron pacíficas, una docena de manifestantes fueron arrestados durante una manifestación frente al edificio matriz de JPMorgan Chase, en Midtown, Manhattan, según lo denunció Make The Road NY.
“Las corporaciones americanas tienen que elegir de qué lado están: o bien con la comunidad o con las políticas de odio de (Donald) Trump”, comentó Deborah Axt, codirectora de la organización. “A los que deciden estar de lado equivocado les decimos que van a tener que rendir cuentas“.
Y aunque la manifestación de cierre de la jornada, en Foley Square, no alcalzó la cifra de 50,000 personas que muchos activistas esperaban congregar, la hondureña María Lozano se dio por bien servida, asegurando que Nueva York se hizo sentir.
“No importa si somos muchos o si somos muchísimos, lo importante es que estamos manifestándonos para decir las veces que sea necesario que aquí estamos y no nos vamos y que no vamos a permitir que construyan muros que nos dividan”, concluyó la inmigrante.
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