Amas de casa, empleados de hoteles y activistas protestaron ayer frente a las oficinas en Manhattan de los senadores por Nueva York, Charles Schumer y Hillary Clinton, para exigirle a ambos legisladores intervengan de una manera activa en el debate migratorio que está previsto comience esta semana en el Congreso en Washington, y se opongan a una propuesta de ley encabezada por el senador Edward Kennedy que incluye un programa de trabajadores huéspedes y que impediría la reunificación familiar.
Los manifestantes, quienes al final de cada protesta pudieron reunirse con asistentes de cada senador, dijeron que en las últimas semanas la Casa Blanca y representantes de los partidos demócratas y republicano han estado concertando reuniones no oficiales para alcanzar un acuerdo en torno al tema de la inmigración, pero que aquellos acuerdos "están yendo en la dirección incorrecta, porque afectarán la unión de las familias, no contemplan un camino a la ciudadanía e incluyen un programa de trabajadores huéspedes que creará un grupo de empleados de segunda clase y con muy pocos derechos".
"En vísperas de que el Senado comience a debatir un proyecto de reforma, a partir de este miércoles, queremos decir que rechazamos cualquier proyecto de ley que no permita que las familias se reúnan y que contemple una programa de trabajadores temporales. Queremos una reforma pro inmigrante. Sin familia y sin residencia no hay trato", dijo Javier Valdés, de la Coalición de Inmigrantes de Nueva Cork (Se Hace Camino al Andar es un miembro).
Los organizadores pidieron a los senadores por Nueva York que asuman su liderazgo y sean parte del debate, agregando que los miles de trabajadores inmigrantes en la ciudad cuentan con su apoyo.
"Tenemos mucho respeto por los senadores Clinton y Schumer y esperamos que como en otras oportunidades apoyen la causa de los inmigrantes", dijo Ignacio Valencia, un trabajador de una bodega en Queens.
Los activistas, que realizarán una vigilia diaria hasta el viernes frente a cada una de las oficinas de los senadores, añadieron que cuando se habla de reforma migratoria todos coinciden en que el sistema actual no funciona, pero que al final del día ningún partido es capaz de entregar una solución equilibrada que proteja las fronteras y reconozca las contribuciones de los trabajadores inmigrantes.
En horas de la tarde de ayer, ni la oficina de Schumer ni la de Clinton se habían pronunciado con respecto a la protesta.