Trabajadores de la construcción siguen poniendo en riesgo sus vidas, debido a la falta de entrenamiento adecuado y al creciente mercado negro de tarjetas falsas de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA), que son requeridas para que cualquier persona pueda trabajar en esta industria.
Así lo denunció este jueves la defensora del pueblo Letitia James, tras presentar los resultados de una investigación realizada por su oficina, que confirmó lo que El Diario había reportado el año pasado: que la necesidad de obtener un trabajo inmediato y la falta de supervisión de los comprobantes de entrenamiento fraudulentos, hacen que muchos trabajadores no conozcan las normas básicas de protección y sean presa de comerciantes de certificados falsos.
“Los trabajadores de construcción arriesgan sus vidas para construir nuestra ciudad y nuestra ciudad debe hacer todo lo que pueda para garantizar su seguridad”, indicó la Defensora, durante una conferencia de prensa en la Alcaldía en la cual destacó que en el 2015 un total de 25 trabajadores perdieron la vida y 435 resultaron heridos por estar expuestos a situaciones riesgosas.
“Nuestra investigación encontró que el fraude, la falta de supervisión y el bajo número de inspectores están contribuyendo a la cifra récord de muertes y heridos y debemos implementar políticas que prioricen la seguridad de los trabajadores”, advirtió la funcionaria.
La investigación de la Defensoría descubrió que muchos empleados no solo obtienen tarjetas de entrenamiento falsas sino que otros reciben certificados por cursos que no terminan y algunos son víctima de empleadores que imparten entrenamientos insuficientes y se los cobran de sus salarios. Asimismo se corroboró que faltan entrenamientos en español, idioma primario del 50% de los trabajadores de construcción que no están sindicalizados.
“Certificados fraudulentos de entrenamiento de salud y seguridad ponen la vida de los trabajadores neoyorquinos en riesgo, especialmente las de inmigrantes y trabajadores de bajos ingresos”, aseguró Javier Gallardo, coordinador de trabajadores de la organización Make the Road NY.
Manuel Castro, director de NICE (New Immigrant Community Empowerment), hizo un llamado para que la industria de la construcción adopte medidas y cambios para mejorar la seguridad de quienes trabajan en construcción.
“Por muchísimo tiempo nuestra comunidad ha sido objeto de entrenadores depredadores y de empleadores que buscan ganancias de los más vulnerables, quienes tienen pocas opciones de protegerse a sí mismos del peligro”, dijo el activista.
Freno a tarjetas ilegales
El reporte de la Defensora del Pueblo presentó de paso una serie de sugerencias para ponerle fin al problema del comercio de tarjetas de entrenamiento fraudulentas y manifestó que urge la designación de una agencia de la Ciudad que supervise directamente los cursos y talleres.
Además pidió que aumenten los programas para intercambiar las tarjetas ilegales por entrenamientos autorizados, como ha ocurrido con la colaboración de los consulados de Ecuador y México, y que se cree un sistema de verificación electrónico que valide los certificados.
Arturo Archila, coordinador de entrenamiento de The Labor Institute, aseguró que implementar las recomendaciones de la Defensoría tendrá un impacto enorme en la protección de los trabajadores.
Ante las quejas de fraude en las tarjetas, OSHA aseguró que ha tomado medidas serias para evitar que circulen más certificados falsos, como la inclusión de un código de barras.
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