La mayor coalición de inmigrantes de la ciudad de Nueva York denunció hoy la posible deportación ilegítima del mexicano Ricardo Muñiz, víctima de un crimen de odio que, sin embargo, las autoridades locales no han reconocido como tal.
Las autoridades no clasificaron la agresión como crimen de odio simplemente porque no hicieron bien su trabajo, afirmó Ana María Archila, codirectora ejecutiva de Haz Camino Nueva York, grupo promotor de los derechos de inmigrantes.
En julio de 2009, Muñiz, quien se declara como abiertamente gay, fue brutalmente golpeado con bates y cinturones debido sólo a su preferencia sexual, de acuerdo con la denuncia que levantó ante la policía.
Le gritaron palabras obscenas, insultaron su sexualidad, recordó Jorgelina Aguirre, madre de Ruiz, en entrevista con Notimex.
Pese a la golpiza, Muñiz fue arrestado varias semanas más tarde, acusado de haber atacado a sus agresores, quienes también presentaron cargos contra Muñiz, responsabilizándolo del ataque.
Desde entonces, Muñiz ha sido mantenido en la prisión de Rikers, en el estado de Nueva Jersey.
Apenas la víspera, las autoridades de Nueva York declararon a Muñiz inocente de todos los cargos. No obstante, turnarán su caso a las autoridades migratorias federales, que ya habían decidido deportar a Muñiz.
Ricardo es sólo un ejemplo de los miles de neoyorquinos que son puestos en proceso de deportación pese a haber sido encontrados inocentes de los crímenes por los que se les acusa, declaró Archila a Notimex.
La activista indicó que el encierro de Muñiz no es sólo inmoral, sino que además genera costos innecesarios para la ciudad, que paga anualmente 55 millones de dólares al año por mantener en prisión a ciudadanos inocentes, en espera de ser deportados.
La ciudad de Nueva York debe evitar facilitar la deportación de inocentes neoyorquinos, denunció Archila, luego de ofrecer una conferencia de prensa sobre el caso.
La esperanza es que la policía de Nueva York decida clasificar el incidente en que se vio envuelto Ruiz como un crimen de odio, lo que le permitiría solicitar la visa U para inmigrantes víctimas de crímenes en Estados Unidos.
Archila, sin embargo, no alberga demasiadas esperanzas de que las autoridades reconsideren el caso. Mientras tanto, Muñiz y su familia seguirán sufriendo.
No quiero que me deporten a mi hijo. Allá en México sufrió de mucha discriminación, por eso nos vinimos de allá, enfatizó Aguirre.
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