(Español abajo)
The levels of COVID-19 infections and deaths
in working-class immigrant, Black, and Brown communities in New York have declined since the virus’s peak, but economic devastation remains.
Nationally and in New York, we continue to see record rates of economic calamity, job loss and financial insecurity, and a brewing housing crisis of untold proportions. Just as the virus hit hardest in Black and Brown communities, data from across the country and New York has consistently shown racially disparate economic impacts of the crisis, with greater job loss and financial and housing insecurity. Community members continue to face the impossible choices between risking one’s personal and familial health, on the one hand, and finding a way to feed one’s loved ones on the other.
Join us to learn more about our recent study which seeks to quantify the economic realities facing communities in New York in this moment.
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Los niveles de infecciones y muertes por COVID-19
en las comunidades de inmigrantes de clase trabajadora, negras y marrones en Nueva York han disminuido desde el pico del virus, pero la devastación económica persiste.
A nivel nacional y en Nueva York, seguimos viendo tasas récord de calamidad económica, pérdida de empleo e inseguridad financiera, y una crisis inmobiliaria en ciernes de proporciones incalculables. Así como el virus golpeó con más fuerza a las comunidades negras y marrones, los datos de todo el país y Nueva York han mostrado consistentemente impactos económicos racialmente dispares de la crisis, con mayor pérdida de empleos e inseguridad financiera y de vivienda. Los miembros de la comunidad continúan enfrentando las opciones imposibles entre arriesgar la salud personal y familiar, por un lado, y encontrar una manera de alimentar a los seres queridos, por el otro.
Únase a nosotros para aprender más sobre nuestro estudio reciente que busca cuantificar las realidades económicas que enfrentan las comunidades de Nueva York en este momento.