Brooklyn Queremos recordar a todo el mundo el caso de mi hermano
(José Sucuzhañay). Al principio tuvo mucha atención pero ahora parece
que todos se han olvidado, dijo ayer Diego Sucuzhañay a la entrada de
la corte de Brooklyn.
Sucuzhañay, de 31 años, fue
asesinado el 7 de diciembre del 2008 cuando regresaba a su casa en
compañía de su hermano Romel. Sus atacantes le golpearon y profirieron
insultos contra los gays y los hispanos.
Los presuntos
asesinos de José, Keith Phoenix y Hakim Scott comparecieron ayer en la
corte de Brooklyn y volverán el próximo nueve de noviembre. La vista
consistió en intercambio de mociones y evidencias entre la fiscalía y
los abogados de los acusados, en un trámite que les acerca un poco más
al día del juicio.
Diego acudió con su esposa Selenia; con
su hermano Romel (que no puede hacer declaraciones por ser testigo
ocular en el caso) y Joselo Lucero, hermano de otra víctima de odio
racial: Marcelo Lucero.
Lucero destacó: Lo que él dice es justo, ¡no queremos que se olviden de los casos!, ¡buscamos justicia!.
Diego
pidió a todas las organizaciones que les apoyaron en un principio que
les siguieran apoyando como entonces y resaltó: Después de estos casos
(Lucero y Sucuzhañay) ha habido otros casos que no han recibido la
misma atención y quiero apelar al gobierno y a las autoridades para que
hagan algo al respecto.
Asimismo pidió la ayuda de la
comunidad para los dos hijos de su hermano: Brian,10, y Jhoana, de 5 y
con síndrome de Down, quienes viven en Ecuador.
Diego expresó
que los donativos para los niños se pueden hacer en la cuenta que
indican en su página en Internet http://www.sucuzhanay.com/
Apoyando
a la familia estuvieron por Make the Road New York, Karina Claudio, por
la Alianza Ecuatoriana Internacional, Walter Sinche, y por Latinos
Americanos Unidos, Vicente Trinidad.
Claudio aseguró que
su organización está preparando, en colaboración con el Concejo
Municipal, una campaña contra los crímenes de odio.
Sinche
se quejó de que el proceso de Sucuzhuñay: Va bien lento y no queremos
que pase lo mismo que en Pensilvania con el asesinato de Luis Ramírez.