“Defenderemos los valores de NYC”
Asimismo, el alcalde Eric Adams aseguró que está preparado para que la Ciudad sea garante de los valores más elevados de los neoyorquinos, de respeto a la libertad de expresión, a los derechos reproductivos, a la diversidad sexual, el derecho a la salud y la educación.
“Felicitamos al presidente Trump, y esperamos seguir adelante en nuestras agendas de inversión en infraestructura, en las acciones ante el cambio climático y de financiamiento educativo y de salud a los más vulnerables. Eso no puede tomar otra dirección en nuestra ciudad”, aseveró el mandatario municipal.
De igual manera, el alcalde precisó que seguirán con la misma exigencia a la Casa Blanca, de abordar como un “tema nacional”, la crisis migratoria que desde 2022, agobia el presupuesto de ciudades como Denver, Chicago y Los Ángeles.
“Necesitamos ayuda federal para lidiar con esta crisis que es nacional. Hay que revisar las políticas migratorias, acelerar los permisos de trabajo, para quienes buscan el sueño americano. Nosotros como ninguna otra ciudad, hemos sido solidarios con más de 200,000 personas, que han solicitado nuestra ayuda. Pero no es justo, que eso lo paguen nuestros contribuyentes”, aseveró el alcalde, quien mantiene la misma línea discursiva, durante los últimos meses, frente a la Administración Biden.
El foco: migrantes criminales
El alcalde también recordó su posición sobre los migrantes que cometan delitos graves, contra los neoyorquinos y que se cobijan bajo las protecciones de ciudad santuario: “No permitiremos que nadie transgreda nuestras leyes”.
Desde mediados de año y ante la serie de crímenes de alto perfil, en los cuales han estado involucrados migrantes recién llegados, que incluso fueron utilizados como bandera de la campaña de Trump, se deslizó una propuesta municipal, apoyada por Adams, que básicamente abriría la puerta para que el Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD) y el Departamento de Corrección, colaboren con ICE, para hacer cumplir las leyes federales de inmigración, en casos muy específicos de delitos graves.
La campaña de Trump, prometió una línea dura en la frontera entre Estados Unidos y México, además de la “operación deportación más grande la historia”, que podría tener un efecto importante en millones de personas indocumentadas, incluidos algunos de los miles de recién llegados, que permanecen en los albergues municipales.
De acuerdo con algunos documentos de la agenda republicana, se espera que esta campaña de deportación se base, en parte, en su plan de invocar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, que permite a los presidentes expulsar a los no ciudadanos de las naciones enemigas durante la guerra.
Algunas plataformas conservadoras, exigen específicamente que se invoque la ley para expulsar a los inmigrantes que sean conocidos miembros de pandillas, traficantes de drogas o miembros de cárteles.
Objetivo: El Tren de Aragua
En una entrevista en la cadena Univisión, Alfonso Aguilar, director de Participación Hispana en el Proyecto Principios Americanos, vinculado con el partido republicano, indicó este miércoles que no hay razones para que inmigrantes que no tengan record criminales, sientan temores de ser removidos del país.
“Tenemos desafíos de sacar del país a los miembros de organizaciones criminales como el Tren de Aragua, a factores peligrosos, que no conocíamos antes. Esa es la prioridad de la agenda migratoria“, razonó.
En un discurso en Colorado, a principios de octubre, el presidente electo aseguró que iniciará en todo el país la ‘Operación Aurora’, en la cual enviaría escuadrones de élite de ICE, Patrulla Fronteriza y agentes federales de la ley, para perseguir, arrestar y deportar a todos los miembros de pandillas de inmigrantes ilegales, “hasta que no quede ni uno solo”.
‘Operación Aurora’ fue el nombre que le dieron las fuerzas del orden en San Antonio, cuando arrestaron a miembros de la pandilla de origen venezolano, Tren de Aragua, durante una redada reciente.
Temores de organizaciones civiles
Varias organizaciones de apoyo a los inmigrantes de Nueva York, expresaron sus temores de la agenda de deportación masiva, planteada en campaña por el presidente electo, Donald Trump.
En este sentido, Theo Oshiro, codirector ejecutivo de Make the Road New York, calificó estas medidas como racistas, misóginas y antiinmigrantes.
“Estamos indignados y desconsolados por los resultados de las elecciones. Somos conscientes de los peligros que plantea una segunda administración Trump”, acotó.
También Yesenia Mata, directora ejecutiva de La Colmena, una organización de apoyo a los trabajadores inmigrantes en Staten Island, razonó que con la victoria del republicano, se recuerdan las lecciones aprendidas de 2016, durante su primer mandato.
“Hemos estado aquí antes. Y hemos soportado ataques, por parte de partidarios de extrema derecha, pero nunca dejamos de organizarnos. No nos detendremos ahora”, aseveró.
Asimismo, Murad Awawdeh, presidente y director ejecutivo de la Coalición de Inmigración de Nueva York advirtió: “Trump no nos derrotará. Nueva York no sería lo mismo, sin los inmigrantes que han construido nuestra cultura y economía. Ha demonizado a nuestras comunidades, en cada paso de esta elección. Y ha prometido destrozar a las familias, que han contribuido mucho más a nuestro estado que él”.
El que no la debe…
La interpretación personal de la puertorriqueña Nella Torres, una de las tantas neoyorquinas que celebran la victoria de Trump en la Gran Manzana, es que quienes votaron masivamente por la opción republicana, lo hicieron en gran parte, por los temores de que sigan penetrando en las ciudades y pueblos del país bandas criminales.
“Yo voté por Trump, al igual que miles de hispanos, precisamente porque estoy convencida que hace falta una mano dura contra los criminales. Nueva York ha visto lo que ha pasado con estas políticas demócratas. Vienen, les pagan todo. Les dan todas las comidas. Y además de eso hay un grupo que viene a hacer fechorías. A esos hay que sacarlos”, consideró.
El dato:
- 476,000 inmigrantes indocumentados residen en la ciudad de Nueva York, según un informe de la contraloría municipal.