Nueva York Centenares de personas marcharon ayer en Manhattan, para exigir al Senado una reforma mantenga a las familias en Estados Unidos y rechazaron cualquier intento de dividir a las familias.
La protesta, que inició en la calle 38 y Madison y concluyó en el parque que lleva el mismo nombre, estuvo nutrida por diversas organizaciones que conforman la Coalición de Inmigración de Nueva York.
Con música de tambores, flautas y silbatos, los manifestantes lanzaron fuertes consignas en contra del presidente George W. Bush y rechazaron cualquier reforma que implique la división familiar.
"No estoy de acuerdo con cualquier medida que nos divida. Estoy preocupada porque tengo familiares que podrían verse afectadas con las reformas", dijo la ecuatoriana Norma Quizi.
Y mientras los hispanos gritaban consignas como ¡Sí se puede! y ¡Arriba, abajo, la migra pa’l carajo!, un grupo de coreanos escenificaban una danza autóctona entre los cientos de curiosos que comenzaron a flanquear la marcha.
Más atrás, un grupo musical de jazz era aplaudido por paquistaníes, quienes insistían en solicitar a los senadores la aprobación de una reforma integral que asegure los derechos de los trabajadores.
En tanto, Manuel Lojano, de la organización New York Project, consideraba que el esfuerzo y la dedicación de los trabajadores inmigrantes los hacía merecedores de la ciudadanía. "Merecemos una oportunidad. Es cierto que cruzamos la frontera ilegalmente, pero eso no nos hace criminales".
Lojano, quien inmigró de Ecuador, indicó que los hispanos aportan enormemente a la economía de este país. "Además, nosotros aportamos mucho a la cultura de este país".
Minutos antes de iniciar la marcha, integrantes de la Coalición dejaron en claro su compromiso de seguir con las manifestantes hasta alcanzar una reforma que se ajuste a las condiciones sociales.
"Estamos exigiendo una reforma justa, humana y comprensible. No vamos a aceptar una ley que parezca legalización, pero que en el fondo descalifique a millones de inmigrantes, separe a las familias y deje a los trabajadores en las manos de explotadores y abusadores", indicó Chung-Wha Hong, presidente de la Coalición.
En su momento, Miguel Ramírez, del Centro Hispano Cuzcatlál expresó su rechazo a cualquier medida que implique la deportación de los inmigrantes e insistió y conminó a no bajar la guardia en la lucha por una reforma.
A ritmo de ¡Sí se puede!, Beatriz Mantilla, de la organización Se hace el Camino al Andar, dijo que muchas personas han echado raíces en este país, por lo que consideró injusto que ahora se esté buscando la forma de enviarlos a sus países.
Finalmente, Ana María Archila, de Latin American Integración Center, defendió la presencia de los inmigrantes en este país, pues ellos son el futuro.
"Somos América y creemos en la justicia, en las oportunidades y los derechos humanos", dijo Archila. "Por esa razón rechazamos cualquier intento de considerarnos una amenaza.