Skip to content
Know Your Rights
Source: El Diario
Subject: Workplace Justice
Type: Media Coverage

Luchan Contra Supermercado

Una organización comunitaria llevó ayer su campaña contra los supuestos abusos laborales de la cadena de supermercados Associated en la ciudad a la sede de la misma en Long Island. 

“Queremos mostrar a la corporación de supermercados Associated que nos vamos a movilizar donde quiera que tengamos que hacerlo para pedir justicia para los trabajadores”, dijo Nieves Padilla, organizadora de “Se Hace Camino al Andar”

Padilla explicó que los trabajadores son explotados porque tienen miedo de perder un salario de $3 y $4 la hora. “Es injusto que en pleno año 2007, todavía siga la explotación, ya la esclavitud pasó hace tiempo y queremos que se respete el trabajo”, agregó. 

Andrew Friedman, co-director de esta organización, dijo que se han documentado muchas violaciones laborales en los supermercados de Associated como situaciones en la que los trabajadores son forzados a trabajar sólo por propinas. “Hemos visto a un hombre de 60 años trabajando 13 horas al día por $16”, afirmó Friedman, quien ayer trató de dejar una carta con sus demandas en la compañía, en el 1800 de Rockaway, Hewllett, pero no pudo porque no le abrieron la puerta. Friedman explicó que iniciaron una queja ante la fiscalía de Nueva York en junio pasado en la que han entregado testimonio de más de 40 trabajadores y reclaman más de 2 millones de dólares en sueldos retroactivos y multas, porque alegan que la compañía no está pagando el sueldo mínimo, ni horas extras.  

Padilla dijo que también están luchando para que los empacadores tengan beneficios de salud y vacaciones.  

El vicepresidente ejecutivo de Associated, Patrick Schields, dijo que ellos no tienen en su contra ninguna queja sobre abusos laborales y si éstos se dan deben ser respondidos por los dueños de los respectivos supermercados, a los cuales se les permite usar el nombre de Associated como clientes, por comprar la mayoría de sus productos a este distribuidor. Las peticiones fueron colocadas debajo de la puerta porque nadie quiso abrir la puerta a Friedman.