NUEVA YORK — Ante una posible reforma migratoria que regularizaría a once millones de indocumentados, más de una veintena de organizaciones de Long Island emprendió una campaña para movilizar el voto latino.
Considerando que en las pasadas elecciones el presidente Barack Obama conservó el apoyo del electorado hispano que obtuvo en 2008, al mantenerse en 71% frente a su rival republicano Mitt Romney, activistas buscan que la voz de los votantes se mantenga fuerte.
Daniel Altschuler, presidente de la Mesa Cívica de Long Island, indicó que el objetivo es incrementar el éxito de la campaña de movilización de voto del año pasado, que consiguió el registro de 4,500 electores en el condado Suffolk.
Este año la campaña se extendió al condado de Nassau, de cara a las elecciones de noviembre. El activista enfatizó que lo primordial es que el voto latino sea determinante en la gestación de una reforma migratoria.
“Demandamos una reforma justa que ofrezca una camino rápido a la ciudadanía y mantenga el enfoque en la unidad familiar, incluidos los matrimonios del mismo sexo”, expresó. “Con la participación de los latinos podremos lograr una reforma incluyente”.
En las primeras horas de la campaña para movilizar el voto, se lograron registrar 150 electores en apoyo a una reforma migratoria integral.
Según una encuesta conjunta entre el Centro de Investigaciones Pew y el diario USA Today, una mayoría de estadounidenses considera necesario aprobar una reforma migratoria y confía más en el presidente Barack Obama para confrontar este reto que en los republicanos.
En este contexto, activistas de Long Island comentaron que el voto latino sería la mejor arma para demandar a demócratas cumplir la promesa de una reforma justa, y urgir a republicanos una mayor disposición en el trabajo bipartidista.
“Necesitamos un vía rápida para que aspirantes logren la residencia permente y la ciudadanía”, dijo Pat Young, de Central American Refugee Center (CARECEN). “Una larga espera significaría que muchos estarían en el cementerio antes de poder aplicar”.
Activistas indicaron que el principal desafío en la campaña de movilización de voto en Long Island, es la población dispersa, a diferencia de la ciudad de Nueva York, donde Se Hace Camino Nueva York consiguió el registro de unos 7,000 votantes el año pasado.
Aunque le escaso transporte público en la isla dificulta los esfuerzos en la registración del voto, líderes de organizaciones están optimistas en lograr una activa participación de los residentes. Indicaron que la campaña será permanente, hasta lograrse una reforma migratoria que cumpla con las necesidades y expectativas de los hispanos y otras comunidades inmigrantes. Se espera que unos 200 voluntarios se unan al esfuerzo de los activistas.