En Nueva York y en al menos otras 30 ciudades alrededor del país, estudiantes, maestros y miembros de la comunidad celebraron vigilias y marchas en protesta por las excesivas expulsiones disciplinarias que sufren los estudiantes hispanos y negros en las escuelas públicas y que son consideradas lesivas a sus derechos, de acuerdo a los manifestantes.
De acuerdo con la Coalición por la Dignidad en las Escuelas de Nueva York (DSC-NY por sus siglas en inglés) –que fue la organización que lideró la iniciativa- en el año escolar 2010-2011 en la ciudad, se dieron 73,441 suspensiones. Más del 29 por ciento de los estudiantes suspendidos, o casi 14,000 estudiantes, recibieron más de una suspensión en un solo año escolar.
La DSC que tiene capítulos a través del país denunció que anualmente a nivel nacional, más de 3 millones de estudiantes son expulsados de las escuelas.
Entre el viernes y el fin de semana se escenificaron vigilias en todo el país como parte de la 3ra. Semana Anual de Acción Nacional contra las Expulsiones en las Escuelas.
En Nueva York, cientos marcharon a través del puente de Brooklyn y luego empezaron una vigilia en Cadman Plaza con 260 figuras humanas en representación del número de estudiantes que a diario son expulsados en las escuelas públicas de la ciudad.
Estefan Peña, estudiante de la escuela secundaria Kennedy fue uno de los que presentaron su testimonio durante la vigilia, “soy uno de los muchos estudiantes que fueron suspendidos el año pasado y que perdió más de diez días de clase”.
“Fui suspendido tres veces por conflictos con mis compañeros y en lugar de tener una mediación con los otros estudiantes para a resolver nuestros diferencias, fuimos expulsados y, en consecuencia, cada vez que regresaba a clase estaba muy retrasado en mi desempeño escolar “, declaró Peña, quien es también líder de la organización Sistas and Brothas United (SBU).
El puertorriqueño Roberto Espinal, uno de los padres de familia presente en la marcha dijo que, “los estudiantes hispanos y negros son los que desproporcionadamente sufren más expulsiones en el sistema escolar de Nueva York”.
De su parte la dominicana Martina Peralta, “la criminalización de nuestroshijos debe parar. En lugar de una sanción drástica, las escuelas deben centrarse en abordar la causa que genera el mal comportamiento y ofrecer consejería a los estudiantes”.
En junio el Departamento de Educación de la Ciudad de Nueva York (DOE por sus siglas en inglés) promovió audiencias para analizar propuestas sobre modificaciones al código de disciplina de la ciudad y entre otras cosas, disminuir el número de delitos por los cuales los estudiantes podrían ser suspendidos.
En el mes de septiembre, el DOE dio a conocer un nuevo Código de Disciplina que incluye algunos cambios propuestos por el DSC-NY, tales como la eliminación de las suspensiones por infracciones de nivel 2, que sanciona a los estudiantes por usar lenguaje profano, y recomienda a las escuelas a utilizar intervenciones de orientación positiva como consejería para hacer frente a estos comportamientos.
Según la DSC-NY, la marcha sobre el puente de Brooklyn y posterior vigilia fue para rechazar los cambios que se hicieronya que fueroninsuficientes para garantizar que los estudiantes no fueron suspendidos por pequeños incidentes de mala conducta.
La DSC-NY llamó a una reducción del 50 por ciento en las suspensiones para septiembre de 2013 en toda la ciudad y que las autoridades de educación financien y ejecuten un amplio programa de disciplina a nivel escolarpara reducir los conflictos y mejorar el ambiente escolar y aumentar el aprendizaje.
“Mi hermano fue expulsado por 10 días por una pelea y luego de eso se desmotivó y dejó la escuela”, dijo Roberto Ramos, un estudiante del último año de la una secundaria del Bronx.
“Muchos estudiantes después de una suspensión sienten que son vistos como delincuentes y no logran superar ese trauma y terminan por desertar”, comentó la salvadoreña Leticia Alcívar, madre de dos estudiantes de una escuela secundaria de Brooklyn.
El DSC-NY planteó que el Departamento de Educación vaya más allá de sólo requerir el uso de intervenciones positivas antes de que la escuela pueda suspender a un estudiante por mala conducta, como peleas, para poner fin a suspensiones de más de 10 días, y para financiar e implementar planes de consejería enfocados en la disciplina en las escuelas, especialmente en las escuelas localizadas en barrios de minorías.
Mateo Guldin, un miembro de la organización Teachers Unite y DSC NY-, insistió en la importancia del uso de respuestas positivas sobre la conducta de los estudiantes en lugar de las suspensiones.
“Las escuelas deben enfocarse en la práctica de la justicia restaurativa para ayudar a los niños y adolescentes enseñándoles habilidades sociales muy necesarias. Una vez que nuestros hijos están equipados con estas habilidades, podrán manejar mejor sus emociones y afrontar los conflictos”, sugirió Guldin.
DSC NY ratificó el llamado a las autoridades educativas estatales, como a los distritos escolares de Nueva York a implementar políticas de disciplina en lugar de las expulsiones.
Entre las organizaciones que forman parte de la coalición DSC-NY y que tomaron parte de la manifestación se contó a: Advocates for Children of New York, American Friends Service Committee- NY, Brooklyn Movement Center, Center for Community Alternatives, Children’s Defense Fund-New York, Coalition for Asian American Children and Families, Coalition for Gender Equity in Schools, Desis Rising Up and Moving (DRUM), Future of Tomorrow, Make the Road New York y Youth on the Move.
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