Frente a la escuela de sus sueños en Manhattan, la PS 89, que cuenta con más de 35 programas extracurriculares, unos 200 manifestantes provenientes de planteles de Queens y Brooklyn se quejaron de no contar con la misma cantidad de programas. La Región 4, que comprende varios vecindarios de Queens y Brooklyn, esta poblada en su mayoría por inmigrantes de procedencia hispana.
Creo que los programas extracurriculares son buenos porque nos mantienen alejados de la calle y la violencia, dijo Danilo Rincón, de 16 años, estudiantes de Academy of Urban Planning en Bushwick. Mi escuela tiene sólo cinco programas y me gustaría tener más opciones para escoger como en esta escuela que hay 35 clases diferentes, agregó Rincón.
Según cifras de la coalición Brooklyn-Queens 4 Education Collaborative (BQ4E), solo uno de
cinco estudiantes en la Región 4 tiene acceso a los programas extracurriculares, un 22 de los estudiantes está aprendiendo ingles. Estos vecindarios tienen el más alto nivel de residentes que no hablan inglés y por eso los estudiantes necesitan apoyo educativo suplementario, dijo Manuel Castro, de BQ4E.
Los padres de la Región 4 no tenemos dinero para pagar por los programas extracurriculares como los padres de la escuela 89, pero eso no significa que nuestros niños no tengan derecho a gozar de estos beneficios, dijo Angélica Santiago. Creo que ni el Concejo de la Ciudad ni el alcalde Bloomberg saben que el 80 por ciento de nuestros niños no tiene programas para después de la escuela, de lo contrario no darían el dinero, agregó.
La coalición está buscando un fondo adicional de 100 millones de dólares para los próximos tres años bajo el argumento de que actualmente el presupuesto es de 2,900 dólares al año por estudiante, lo que se traduce en sólo 10 dólares diarios por niño.
Estoy preocupada porque mi hijo está a punto de salir de la escuela superior y no sabe lo que quiere hacer. Si hubiera más programas extracurriculares él estaría ocupado más tiempo y seguramente le ayudaría a decidir por una carrera universitaria, concluyó Francisca Granda.