Camden (Nueva Jersey)- El jefe de la Policía de Camden, Scott
Thomson, aseguró hoy que sus agentes no ejercerán funciones migratorias, a la
vez que pidió a los inmigrantes que colaboren con las autoridades sin miedo a la
deportación.
Durante una reunión en la Iglesia Episcopal San Andrés con más de 100 líderes
comunitarios, religiosos y residentes, Thomson aseguró que su misión es proteger
la vida y la propiedad de los habitantes de Camden, sin importar si la víctima
tiene una visa o una "green card".
El anuncio fue una respuesta al pedido de activistas comunitarios preocupados
por el alto número de crímenes contra los inmigrantes indocumentados que se dan
diariamente y que no son reportados por temor a que las fuerzas del orden les
pregunten por su estatus migratorio.
"Los indocumentados en Camden, al igual que en todo el país, son abusados,
asaltados y no declaran estos hechos a las autoridades por temor a ser
investigados y deportados. Y los malhechores siguen abusando de las mismas
personas al saber de que muchos se quedan al margen y no denuncian lo que les
sucedió", dijo a Efe José Bello, presidente de la Asociación de dueños de
Bodegas del condado de Camden.
Por eso nos hemos movilizado junto con grupos religiosos para ayudar a
nuestros hermanos indocumentados", agregó Bello.
El anuncio incluye a los conductores que son detenidos por la policía por
violaciones de tráfico, quienes tampoco estarán sujetos a preguntas sobre su
situación legal en el país.
La promesa del jefe policial se basa en una resolución de la Procuraduría
General del Estado, anunciada en 2007, que indica que las agencias del orden
están prohibidas de preguntar por el estatus migratorio, ciudadanía y
nacionalidad a cualquier víctima, persona o testigo que solicita asistencia
policial o es interrogada durante la investigación de un crimen.
Camden, una antigua ciudad industrial ubicada en el sur del estado, tiene una
población estimada de 79.318 habitantes, según el Censo, de los cuales unos
30.000 son hispanos.
En los últimos cinco años se ha registrado una inmigración mayormente
mexicana y centroamericana y, aunque no se tienen datos precisos de las cifras
de los indocumentados, reportes comunitarios indican que hay unos 20.000.
La ciudad, que ha sido considerada por varios años consecutivos como la más
pobre y peligrosa del país, en el año 2008 registró una ligera disminución del
crimen y pasó a ser catalogada como la segunda ciudad más peligrosa de los
Estados Unidos.
Los abusos contra los inmigrantes se extienden a los caseros quienes
incumplen con efectuar las reparaciones necesarias en las viviendas de alquiler
bajo amenazas de llamar a las autoridades migratorias.
Rosa Peña, una feligresa de la Iglesia Episcopal San Andrés, dijo que "los
dueños de casas abusan de sus inquilinos y amenazan con la deportación a
quienes, por su origen hispano, son considerados indocumentados, lo sean o
no".
El sacerdote Pedro Guzmán, miembro del grupo Iglesias de Camden Organizadas
para las Personas (CCOP), que cabildea para mejorar las relaciones entre la
comunidad y la policía, dijo que la iglesia tiene como misión dar la bienvenida
al extranjero.
"Hay muchas personas aquí que están sufriendo sin voz y viviendo con miedo,
algo que no podemos seguir aceptando", dijo Guzmán, clérigo de la Iglesia
Episcopal san Andrés, en Camden.
Los activistas comunitarios y de la Iglesia** aseguraron que presentarán una
propuesta municipal para legislar localmente la aplicación de esta medida de
protección para los indocumentados a fin de que se convierta en ley para que
ninguna autoridad pueda preguntar a los inmigrantes sobre su estado legal en el
país.
"Esperamos seguir edificando puentes de confianza entre la comunidad y los
oficiales de la Policía local", finalizó el sacerdote.
**Incluyendo Se Hace Camino Nueva York