Para dirigentes comunitarios como Daisy Flores, organizadora de Make The Road NY, no es momento para alentar “mensajes peligrosos de división”, sino trabajar en unidad para acoger debidamente a los recién llegados. Y dar respuestas a necesidades históricas de inmigrantes que han estado por varias generaciones aquí.
“Rechazamos que se creen espacios de tensión, colocando a las comunidades de inmigrantes en medio de un discurso entre ‘ellos y nosotros’. Se podría estar reforzando la idea que quienes están llegando, huyendo de situaciones peligrosas, tienen menos derechos, que los que tienen 30 y 40 años viviendo aquí”, razonó la activista.