Vine a este país en 2010 con mis dos hijos, buscando un futuro mejor. Mi primer trabajo fue como cajera en McDonald’s en la Estación Penn, donde ganaba el salario mínimo de $7.50.
Aunque me contrataron como cajera, también me pidieron hacer otras tareas, tales como preparación de alimentos o limpiar el restaurante. Pero a pesar de todo ese trabajo, el salario no ajustaba.
Cuando recibí por primera vez mi cheque, me sorprendió: ¿Cómo se suponía que iba a poder mantener a mi familia con un cheque de $200? ¿Siendo McDonald’s una de las compañías mas ricas en el mundo, cómo es que ellos me estaban pagando un sueldo tan mediocre?
Como una madre, el salario mínimo que me pagaban no era suficiente para pagar la renta, comida, y otros gastos de mi familia. Lo mismo es cierto para miles y miles de trabajadores de comida rápida que actualmente ganan el salario mínimo de $8.75. Al final, tuve que salir de mi trabajo porque el salario no alcanzaba, pero aproximadamente 180,000 siguen trabajando con esas condiciones miserables por una falta de opciones.
Esta semana es muy importante para la clase trabajadora en nuestro estado. Estamos a la espera de una victoria importante: aumentos del salario mínimo para los trabajadores de comida rápida.
Esta semana, una Junta Salarial estatal va a hacer su recomendación para el salario mínimo en el sector de comida rápida. La Junta debe de escuchar las voces de trabajadores como yo y miles más que se presentaron en las audiencias públicas y recomendar un aumento a $15 por hora lo más pronto posible. Y luego el comisionado de Trabajo, Mario Musolino, lo debe de aceptar.
Grandes corporaciones como McDonald’s siguen proveyendo salarios de pobreza mientras que ganan miles de millones de dólares cada año. La gran mayoría de los trabajadores de comida rápida en Nueva York viven con sus familias y tienen que depender de subsidios del gobierno porque los salarios bajos no alcanzan para las necesidades básicas. Muchos no alcanzan a pagar su renta, y otros tienen que caminar millas al trabajo porque no tienen dinero para la Metrocard, a pesar de estar trabajando tiempo completo.
Todos merecemos una oportunidad justa de salir adelante, no un salario mínimo que asegura la pobreza.
Por lo tanto, necesitamos que toda la comunidad alce la voz para lograr los $15 por hora. Así que espero que todos me acompañen a la última reunión de la Junta Salarial este miércoles a las 2:30 p.m. en el 90 Church Street. Y luego todos tenemos que comunicarnos con el comisionado de Trabajo Musolino exigiéndole que apruebe un aumento del salario mínimo de $15 por hora para el sector de comida rápida.
Y, cuando ganemos la lucha de comida rápida, seguiremos la lucha por los $15 en Albany para asegurar que todos reciban un sueldo justo. De esa manera, esta semana será un paso crítico en una lucha más grande para todos nosotros.
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