Alcalde retira apelación a la sentencia que declaró inconstitucional dicha práctica policial.
Ayer se derribó la última barrera de la era Bloomberg para mantener la práctica policial del “Stop and Frisk” (parada y cacheo) tal como estaba concebida hasta ahora. Su reforma, por fin, tiene vía libre.
El alcalde Bill de Blasio anunció que la ciudad alcanzó un acuerdo con los abogados de derechos civiles que presentaron una demanda contra esta práctica, lo que permitirá que se implementen las reformas ordenadas por una jueza federal el año pasado.
Estos cambios, que incluyen el nombramiento de un supervisor federal, fueron bloqueados el otoño pasado después que la administración Bloomberg presentara una apelación para detener la reforma.
La jueza Shira Scheindlin, de la Corte Federal de Manhattan, dictaminó que “Stop and Frisk”, tal como se estaba llevando a cabo, era inconstitucional, ya que se aplicaba de manera desproporcionada y discriminatoria sobre hispanos y negros.
De Blasio, cumpliendo una de sus grandes promesas de campaña, anunció que no habrá ya más obstáculos para comenzar el proceso de reconciliación entre la Policía y las comunidades minoritarias.
“Este es un momento que definirá nuestra historia”, dijo el alcalde. “Está será una ciudad donde los derechos de todos son respetados, y donde la Policía y la comunidad estarán unidos para enfrentarse a la violencia”.
El comisionado de NYPD, Bill Bratton, que compareció ayer junto a De Blasio enBrownsville, Brooklyn, una de las zonas más impactadas por el “Stop and Frisk”,prometió que la Policía aceptará las reformas.
“No quebrantaremos la ley para hacer cumplir la ley”, declaró Bratton. “Esa es mi promesa para todos los neoyorquinos, independientemente de donde hayan nacido, donde vivan o el aspecto que tengan”.
La práctica en sí no va a desaparecer, pero será reformada para ser aplicada con respeto y sin vulnerar los derechos fundamentales de la persona, según opina Dennis González, presidente de la NYPD Hispanic Society.
“El ‘Stop and Frisk’ es una herramienta que es útil para hacer nuestro trabajo y que usaremos siempre”, dijo González. “Mientras se utilice con respeto a la persona y a la Constitución, no habrá ningún problema. Si desapareciese, los criminales tendrían libertad para llevar armas por la calle”.
Las víctimas de la práctica policial fueron las primeras en celebrar la decisión de la ciudad.
“Ha llegado por fin un nuevo día para nosotros”, señaló José López (27), que ha sidoparado y cacheado en una docena de ocasiones por la Policía en Brooklyn, y que ahora coordina el comité de juventud de la organización Make the Road New York. “Lo que estaba ocurriendo era un ataque clarísimo contra la juventud joven y de color. Hasta ahora no podíamos salir cómodos a la calle”.
Organizaciones que defienden los derechos civiles dicen que, aunque aún va a llevar un tiempo que se vean los resultados de las reformas, la primera piedra del cambio por fin está puesta.
“Este es un buen primer paso que esperemos allane el camino para que nuestra comunidad empiece a confiar en que la Policía está para detener el crimen, y no para acosar a jóvenes latinos y negros”, dijo Juan Cartagena, presidente de Latino Justice.
¿Qué viene ahora?
Tras el acuerdo anunciado ayer, un supervisor nombrado por la corte dedicará tres años a supervisar la reforma que NYPD llevará a cabo de la práctica de “Stop and Frisk”. Este supervisor será Peter Zimroth (70), un antiguo abogado de la ciudad que ahora trabaja en un despacho privado, que tendrá poderes para reportar sobre el progreso de la Policía en el proceso para ajustar sus métodos a los preceptos constitucionales.
Las responsabilidades iniciales de Zimroth incluirán, según la juez Scheindlin, el desarrollo de cambios inmediatos en la práctica, entrenamiento, supervisión y disciplina del “Stop and Frisk”.
La ciudad tomará también parte en un proceso conjunto con organizaciones comunitarias para asegurar que las personas afectadas por la práctica policial tengan un papel activo en la reforma.
De Blasio dijo que, aparte de estas reformas ordenadas por la corte, su administración seguirá adelante con las que ya tenían planificadas, incluyendo el nombramiento de un inspector general independiente para monitorear NYPD.
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