NUEVA
YORK En un clima de campaña presidencial en la que varios precandidatos han
desconocido la contribución de los inmigrantes, una coalición de 25
organizaciones de diversos grupos étnicos**
lanzaron ayer una campaña educativa para dejar en evidencia la información
errónea que acabó con medidas como la de conceder licencias de conducir a
inmigrantes indocumentados en el estado de Nueva York.
"Ver cómo
Lou Dobbs manipulaba lo qué es ser inmigrante, cómo se debatía la situación
cómo si uno eligiera querer ser indocumentado y estuviera en este país robando
en lugar de estar contribuyendo a la prosperidad, es lo que nos hizo ver que se
necesitaba conocer la verdadera cara del inmigrante", dijo Jennifer Cariño, una
universitaria hija de padres mexicanos que es integrante de NYS Youth
Leadership Council.
Al sentir
cómo este país de inmigrantes parecía haber olvidado su origen, sin reconocer a
quienes trabajan duro, grupos de Nueva York que nunca habían trabajado juntos
se unieron para mostrar "la verdad de los inmigrantes": la primera campaña en
el país que intenta abrir un diálogo honesto con comunidades y grupos que no
entienden el fenómeno de la inmigración en Estados Unidos.
"Queremos
crear una alianza con no inmigrantes para estar preparados cuando el debate de
inmigración regrese a Washington y logremos tener una conversación justa, sin
los mitos que muchos políticos y comunicadores dicen", afirmó Javier Valdés,
director de proyectos especiales de The New York Immigration Coalition, que
agrupa a 200 organizaciones de todo el estado.
Para
romper con los mitos antiinmigrantes, esta coalición educará con estudios como
los del Fiscal Policy Institute, que señalan que los inmigrantes aportaron
229,000 millones de dólares a la economía del estado de Nueva York, que el 48%
de la fuerza laboral de la ciudad de Nueva York es inmigrante, que un 27% son
maestros, un 50% médicos, y un 66% trabajadores de la construcción.
"Cuando
vine a este país hace 14 años vine con una meta, como la mayoría de los
inmigrantes que arriesgamos nuestra vida intentando cruzar la frontera durante
un mes para trabajar limpiando casas y en restaurantes", afirmó la colombiana
María Elena Betancourt.
"No quería
romper las leyes, ni estar metida en los escondites de los buses, ni cruzar el
desierto, pero no encontré una visa para poder dar de comer a mi hija", añadió.
Betancourt ahora forma parte de los 9,000 latinos que son dueños de negocios en
la ciudad y que junto a los 24 mil asiáticos emplean a 165,000 personas y
generan unas ventas anuales de 26,000 millones de dólares.
"He
venido a apoyar esta campaña porque sentía la necesidad de concienciar a los
que no nos ven como seres humanos, y también para animar a los ciudadanos
latinos para que voten, porque este presidente (George W. Bush) no sólo ha
dividido a las familias con la guerra de Irak, sino también en el tema
migratorio", apuntó Betancourt, que en estas elecciones podrá votar por primera
vez en el país.
** Incluyendo Se Hace Camino Nuevo
York