Análisis de MRNY y Hester Street demuestra que a pesar de ser los más golpeados, siguen siendo excluidos de las ayudas gubernamentales.
Datos del Departamento de Salud de la Ciudad confirmaron a comienzos de abril que los hispanos eran los neoyorquinos más golpeados por la crisis del coronavirus, al representar el 34% del total de muertos. Y ese devastador impacto que ha tenido el COVID-19 en esta comunidad, al igual que en otros grupos minoritarios como los negros, volvió a quedar demostrado por un nuevo estudio que revela los extraordinarios daños que la pandemia ha tenido entre los inmigrantes y la clase trabajadora.
El informe, titulado ‘Excluidos en el Epicentro’ y que será dado a conocer este miércoles, fue elaborado por la organización Make the Road New York (MRNY) en conjunto con Hester Street, y allí se demuestra que uno de cada seis miembros de las comunidades más vulnerables ha perdido a un miembro de su familia, nueve de cada diez han perdido su trabajo o ingresos en el hogar, y nueve de cada diez se preocupan por no poder pagar la renta.
El estudio, que se realizó encuestando a 244 personas, en su mayoría inmigrantes hispanos, demuestra que a pesar que el impacto de la crisis del coronavirus se ha concentrado en estas comunidades, estos neoyorquinos han sido “abrumadoramente excluidos de las soluciones gubernamentales”. Las cifras especifican que mientras que el 84% de los que participaron en el sondeo mayores de 18 años dijeron haber perdido sus empleos (88% debido a COVID-19), menos del 5% había recibido seguro de desempleo en el último mes, y solo el 15% de los encuestados informó haber obtenido algún tipo de apoyo gubernamental durante la crisis.
“Estamos viendo y escuchando sobre la devastación en nuestras comunidades todos los días: enfermos y muertos, trabajadores quedándose sin sus ingresos y preguntándose cómo alimentarán a sus hijos , e inquilinos recién desempleados que ahora están desesperadamente preocupados por poder pagar la renta”, dijo Javier H. Valdés, codirector ejecutivo de MRNY, agregando que en medio de esta crisis, “es indignante e irritante cómo ambos, Washington y Albany, continúan excluyendo a nuestras comunidades”.
Uno de los dramáticos casos que destaca el estudio es el de la inmigrante Perla Silva, una residente de Brooklyn quien perdió a su madre por COVID-19 y ha sido la única de su familia que no ha perdido el trabajo durante la emergencia de salud.
“Esta crisis me ha quitado a la persona más preciosa del mundo: mi madre. Nada puede compensar eso. Lo menos que nuestros funcionarios electos pueden hacer es responder con una recuperación real para todos, que nos trate con el respeto y la dignidad que merecemos”, dijo Silva.
La inmigrante, quien es activista de MRNY, recalcó que se necesita “una recuperación para todos. Una que ponga a las personas primero al asegurarse de que todos tengan acceso a la atención médica que necesitan, sin grandes facturas de hospital. Una que proporcione el alivio que necesitamos para poder alimentar a nuestros hijos durante esta crisis. Y una que cancele el alquiler para asegurarse de que no nos echen de nuestras casas”.
Y además de revelar la dura realidad que viven los afectados, el estudio se completó con una serie de recomendaciones sobre políticas a nivel federal, estatal y municipal, para garantizar que los planes de recuperación alcancen a todos por igual. Por ejemplo, a nivel estatal, proponen que se apruebe un impuesto a unos 112 multimillonarios de Nueva York, lo que permitiría crear un fondo de más de $3,000 millones de dólares para beneficiar a los trabajadores excluidos de las ayudas, y también que se tomen medidas inmediatas para cancelar las rentas.
A nivel federal, piden al Congreso que pase leyes para dar fondos de recuperación económica a todos, sin importar el estatus migratorio.