Bushwick, N.Y. En la ciudad de los rascacielos, un condominio de 14 pisos no siempre da mucho de qué hablar. Pero el que acaba de ser construido en el 358 de la calle Grove, en Brooklyn, no sólo se destaca por su altura sino por lo que se estará cobrando para vivir allí.
En este vecindario donde un edificio promedio tiene sólo tres o cuatro pisos los vecinos dicen que pagan entre $500 y $800 de renta mensual (o menos, si han vivido en el vecindario por mucho tiempo).
Los que han ido a averiguar los precios en el nuevo condominio dicen que los apartamentos se venden por un mínimo de $200 mil a $300 mil, con unos $300 de pagos mensuales de mantenimiento.
Están haciendo buildings aquí caros, para los ricos. A nosotros los pobres nos van a sacar, dijo Inocencia Nolasco (miembro de Se Hace Camino al Andar), cuya familia ha vivido en Bushwick por décadas. La hija de Nolasco, María Lantigua (miembro de Se Hace Camino al Andar), dijo que pasó cinco años buscando comprar casa en Bushwick, pero tuvo que darse por vencida y mudarse a Pensilvania. Madre e hija, que participaron ayer en una protesta contra los aumentos de alquiler en Bushwick, dijeron que muchos de sus vecinos se han mudado también a Nueva Jersey, o a Connecticut.
Si pudiera encontrar acá, yo vuelvo, dijo Lantigua. Nos hemos criado en Bushwick todos nosotros, añadió, y dijo que gran parte de su familia todavía reside en el vecindario.
El condominio ha creado un contraste interesante. Ahora, en un lado de la calle Grove está el viejo Bushwick, donde todavía se forma una tertulia callejera por las tardes, con los niños jugando y los radios a todo volumen. Los vecinos que no están en la calle están asomados a la ventana.
Al otro lado de Grove está el condominio, todavía vacío. Desde el piso 12 se puede ver clarísimo el panorama completo de Manhattan, sin nada que obstruya el paisaje aparte del hospital Wyckoff, que por ahora es el único edificio más o menos alto en las cercanías.
Al frente del condominio hay un estacionamiento sin árboles ni patio. Nadie espera que se muden al nuevo edificio personas del vecindario, sino gente que tendrá otra rutina y más dinero.
Los desarrolladores del condominio no quisieron comentar sobre la controversia.