Brooklyn — La principal meta de una pareja hispana residente en Brooklyn es darle una mejor vida a su hija de tres años. Sin embargo, para Betsy Ortiz, quien trabaja, y Jessica Marrero quien se dedica a cuidar a la pequeña Alissa, las cosas no han sido fácil.
Según ellas, cuando su casero se enteró que no son una familia tradicional, las ha querido sacar de su apartamento negándose hacer reparaciones, insultándolas con malas palabras y amenazándolas con hacerles daño.
Nos ha llamado ‘lesbianas sucias’, ‘lesbos’ y ‘dykes’. Un día amenazó a Jessica diciéndole ‘no te preocupes, que yo te agarro, dijo Ortiz, una puertorriqueña de 42 años.
La mujer dijo que conoció al dueño del apartamento cuando trabajaba cuidando a la madre de éste y fue él quien le ofreció vivir en el apartamento ubicado en el 61 de la calle Harman, que antes era la sede de una iglesia evangélica. Pero cuando se mudaron junio del 2006 la relación cambió drásticamente.
Me dijo que ‘si hubiera sabido que ustedes eran lesbianas, nunca les habría alquilado, dijo Ortiz sobre su casero Juan Vázquez, asegurando que el hombre se desempeña además como ministro religioso.
Ortiz aseguró que el acoso no se ha quedado sólo en palabras, sino que también las ha amenazado con la Policía, la ACS y con traerle pandillas que, según ella, ya le han acuchillado los neumáticos de su auto.
Un día se apareció la policía aquí diciendo que recibieron una llamada de que la niña era abusada, pero después de que la examinaron se dieron cuenta que todo era mentira, una calumnia y se fueron, señaló la puertorriqueña.
En enero el casero se apareció en el apartamento con dos policías y sin una orden judicial entraron. Le dije al dueño ‘usted sabe que lo que hizo es ilegal’ y el me contestó ‘lesbianas como ustedes no tienen derecho a vivir’, relató Ortiz.
El apartamento de Ortiz también tiene deficiencias que fueron confirmadas por un inspector del Departamento de la Vivienda que por coincidencia llegó ayer cuando se realizaba esta entrevista. Entre las fallas se reportó el radiador roto, una ventana que no abre, el fregadero con el desagüe dañado, el baño con una tubería rota y filtraciones en el techo.
Javier Vázquez, hijo del casero, negó las acusaciones contra su padre. Mi papá no es así. Él es un ministro que vive por la Biblia y no trata a la gente con prejuicio. Además ellas no han pagado la renta. Cuando vayamos a corte esto se arreglará, dijo el joven de 23 años.
Ortiz tiene evidencia de que siempre ha pagado la renta de 1,000 dólares mensuales, pero asegura que en noviembre pasado, luego de que el casero le pidiera 200 dólares extras para poner el aceite para la calefacción, éste no le quiso volver a aceptar el pago de la renta. Me dijo ‘yo no lo quiero. Lo que quiero es que se vayan de aquí porque ustedes son un bochorno para mi casa’. Seguí intentando pagarle hasta enero y cuando lo llevé a corte.
En cuanto a la acusación de Ortiz que él se había mudado al lugar porque su padre había dicho que hacía falta un hombre en la casa, Vázquez dijo que eso es un buen chiste. La razón por la que me mudé fue porque necesitaba un lugar donde vivir. De todos modos, ella es el hombre en la casa.
"Este es un caso claro de discriminación en la vivienda por preferencia sexual. Por eso estamos radicando una querella en la Comisión de Derechos Humanos de la ciudad por la actitud anti lesbiana del casero. Además, casos de acoso a inquilinos como este demuestran la importancia de que el Concejo Municipal pase el Acta de Prevención de Acoso y Protección de Vivienda Costeable, lo que permitiría a los inquilinos llevar acciones contra a los caseros abusivos en la corte de vivienda?, dijo la activista Dee Paris de la Organización Se Hace Camino Al Andar.